Hombre elefante

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El Rey Killian recordaba todo como si hubiera sucedido ayer.

Todavía recordaba cómo había pasado años buscando la clave para romper su maldición... la chica con la marca de una luna. Hasta que encontró a Elena vagando en el bosque. Ese día, estaba aburrido y decidió viajar por el Reino.

Cansado de todas las caminatas y muertes, decidió sentarse en lo alto de un árbol muy alto cerca de la manada de Elena cuando ella entró corriendo al bosque. Ni siquiera notó que se había alejado de su manada porque estaba felizmente persiguiendo a un conejo y, desafortunadamente para ella, tropezó y se lastimó.

Al principio, el Rey Killian no se preocupó por ella, pero sus llantos se volvieron ensordecedores. Saltó del árbol en un intento de asustarla, pero ella no se asustó. En cambio, parecía feliz y le pareció gracioso lo enorme que era. Incluso comenzó a burlarse de él y a llamarlo hombre elefante.