CAPÍTULO 49

A las ocho de la noche, Avery estaba hojeando los últimos artículos científicos extranjeros cuando sonó su teléfono. Era Rufus. Presionó el botón del altavoz, y su voz fuerte se escuchó desde el otro lado.

—Avery, ¿realmente estás saliendo con Alejandro?

Avery pareció desconcertada. —No, solo somos conocidos que colaboramos profesionalmente de vez en cuando.

—Lo sabía. Esas revistas basura están agitando las cosas —escupió Rufus—. Si no estás en una relación con Alejandro, me encargaré de esos medios y les daré una lección.

—Espera —dijo Avery con calma—. Déjame averiguar primero qué está pasando.