CAPÍTULO 140

Jaden ni siquiera dudó.

—No.

Luna sonrió.

—Bien, ¿qué tal 600 mil dólares al año? Todo lo que tienes que hacer es cocinar para mí.

Jaden negó con la cabeza.

—Sigo diciendo que no.

Luna subió la apuesta.

—Bien, 2 millones de dólares.

—No.

Finalmente, frustrada, Luna bromeó:

—¿Y si uso mi apariencia como moneda de cambio?

Jaden sonrió con suficiencia.

—Uhm, no.

Luna se rió, abandonando por completo la idea. Con los brazos llenos de verduras y huevos, y Jaden sosteniendo un pato en una mano y una calabaza en la otra, pasearon por el sendero del jardín, charlando tranquilamente. La escena parecía sacada directamente de una pintura rústica y pacífica.