¿Te está molestando?

No pudo evitar notar las ronchas en su otro brazo, visibles bajo la simple camisa gris que llevaba. Su piel desnuda revelaba cuán severa era su reacción.

Wu Yuxuan bajó la mirada hacia ella, momentáneamente sorprendido por su cercanía. Pero rápidamente entendió lo que estaba haciendo—y no había manera de que no la molestara un poco.

—Estaba a punto de regresar, mi esposa —dijo, con un tono juguetón en su voz.

Su corazón se saltó un latido ante esas palabras, y sus labios se entreabrieron sorprendidos.

Se mordió el labio para ocultar la repentina ola de timidez. Su tono casual, la facilidad con la que lo dijo... la hacía sentir cálida pero también un poco nerviosa.

Xia Yiran la miró, ofreciendo un saludo cortés.

—Señorita... Señora Wu.

Chen Lin asintió en reconocimiento, su sonrisa fría y compuesta.

—Hola, Asistente Xia.

Volviendo su atención a Wu Yuxuan, le dio un pequeño y suave beso en la mejilla.