La nueva CEO

El peso de la revelación la golpeó como un puñetazo en el estómago. —La estás haciendo CEO.

Chen Jie se estremeció ante la amargura en su tono pero asintió. —Es capaz.

Chen Lin dejó escapar una risa silenciosa y sin humor, sus dedos cerrándose en puños.

Quería estar enojada. Estaba enojada.

Pero debajo de eso, algo más profundo se pudría: incredulidad, traición, decepción.

Su propio padre.

A pesar de su ausencia durante la mayor parte de su vida, él la había visto crecer en el poco tiempo que habían compartido, y sin embargo, le había dado todo a una hija que era prácticamente una extraña para él.

—Durante años —comenzó, con voz peligrosamente calmada—, nunca fuiste un padre para mí. Nunca intentaste serlo. Y lo acepté.

Exhaló bruscamente, con los ojos ardiendo de algo crudo, algo furioso.