Vas a ser mi muerte

Chen Lin dejó escapar un suave jadeo, aferrándose instintivamente a su chaqueta mientras él la apretaba más cerca, su agarre en su cintura firme, inquebrantable.

Había un hambre en la forma en que la besaba, en la manera en que sus dedos se flexionaban contra su piel como si quisiera asegurarse de que ella era real.

Que ella estaba aquí, con él.

Apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que él inclinara la cabeza, profundizando el beso, tomando más, como si no pudiera tener suficiente de ella.

Y tal vez no podía.

Tal vez nunca lo haría.

Wu Yuxuan siempre había sido sereno, controlado. Pero no ahora. No con ella.

Ella había destrozado esa cuidadosa contención con solo unas simples palabras.

—Yuxuan... —Chen Lin apenas tuvo tiempo de volverse hacia él antes de que se abalanzara sobre ella.

Sus manos encontraron su cintura, atrayéndola hacia él con un agarre firme, casi desesperado. Sus labios chocaron contra los de ella, no vacilantes esta vez, no fugaces.