—¿Jia Tianze, eres tú?
Ouyang Yu reconoció al arrogante joven, un atisbo de melancolía cruzó por su apuesto rostro.
—¡Así es, soy yo!
Jia Tianze atrajo a Ruan Xiaoxi hacia sus brazos, mirando desafiante a Ouyang Yu.
—Ouyang Yu, Xiaoxi está conmigo ahora. Si sabes lo que te conviene, ¡aléjate lo más posible!
—Tú...
El corazón de Ouyang Yu ardía de ira.
Sin embargo, no discutió con Jia Tianze y en su lugar se volvió para mirar a Ruan Xiaoxi.
Ruan Xiaoxi estaba siendo sujetada por Jia Tianze, su expresión claramente antinatural, pero tampoco se resistía.
Le dijo a Ouyang Yu:
—Vete ya, ¡no quiero volver a verte!
—No... Xiaoxi, él definitivamente no te ama de verdad. No quiero que te arrepientas el resto de tu vida por un momento de enfado.
Ouyang Yu suplicó desesperadamente.
Sin embargo, estas palabras enfurecieron a Jia Tianze.
—Ouyang Yu, ¿qué has dicho?