Capítulo 150 ¡Sr. Ye!

Aunque era bastante difícil comunicarse con Xiao Yingxue en este momento, ella todavía podía entender algunos de los gestos e instrucciones de Xiao Chen.

Cuando Xiao Chen le pidió que se desvistiera y entrara en la bañera de madera, ella obedeció sin ninguna vacilación, y sus acciones estaban desprovistas de cualquier timidez o artificialidad.

—¡Ella es realmente muy obediente!

Xiao Chen sonrió con conocimiento.

La lealtad y la obediencia son probablemente las dos cualidades más difíciles de encontrar en este mundo.

Al menos, eso es lo que él creía.

—El proceso puede ser un poco doloroso, ¡aguanta! —dijo mientras sacaba una botella de líquido medicinal.

La expresión de Xiao Yingxue era inexpresiva, y un rastro de confusión brilló en sus ojos oscuros, como si no entendiera.

—¡No importa!

Xiao Chen sacudió la cabeza, abrió la botella y vertió el líquido en el agua caliente y humeante de la bañera.