—¡Su nombre era Xiao Chen!
Esas cuatro breves palabras sumieron a todos los presentes en una interminable contemplación.
¿Xiao Chen?
¡Ese nombre sonaba tan familiar!
—El niño demonio que recientemente ha surgido en el mundo de las artes marciales, quien derrotó a Shen Yixian, ¿no se llama Xiao Chen?
—Eh, cierto, ¡sabía que me sonaba familiar!
—Mismo nombre, ¿será una coincidencia?
Wei Zheng, al escuchar esto, dijo con voz profunda:
—¿Y qué si su nombre es Xiao Chen? ¿Es eso una prueba?
—Tío Wei, ¡no entiendes lo que quiero decir! —Zeng Ming sacudió la cabeza y dijo:
— No es solo alguien con el mismo nombre; él es precisamente ese Xiao Chen que derrotó a Shen Yixian.
—¡¿Qué?!!
Una sola piedra levantó mil olas.
Todos los presentes estaban conmocionados.
¿El joven ante sus ojos era el famoso y reputado Xiao Chen de los recientes círculos de artes marciales?
Pero, ¿no se suponía que había perecido?