—Hermano Mayor Yuan, por favor calma tu ira; ¡Xiao Chen seguramente no tuvo la intención de ofender! —Die Qianwu no había esperado que con solo unas pocas palabras al abrir la boca, su hermano mayor y Xiao Chen ya estarían en desacuerdo, poniéndola verdaderamente en una posición difícil.
En cuanto a Xiao Chen, ella siempre había tenido un sentimiento indescriptible en su corazón.
Desde que se encontró por primera vez con Xiao Chen en la Familia Liang en Jiangbei, el misterio de Xiao Chen, su fuerza, su comportamiento y la fiereza profunda en sus huesos la habían impactado profundamente.
Además, cada vez que se encontraba o escuchaba sobre las hazañas de Xiao Chen, estas renovaban la impresión que tenía de él desde la última vez.
Había conocido a innumerables genios y talentos en su vida, pero solo Xiao Chen le daba una sensación única.
Tan misterioso, tan impresionante.