Flashback
Todavía recuerdo aquella tarde lluviosa con tanta claridad, como si la viera pintarse lentamente y en colores vívidos.
Fue el día en que Marion y yo nos sentamos juntos en su estudio privado. Me había invitado a entrar después de que acababa de regresar de hacer las compras.
Me había pedido que me sentara, y lo hice, con el corazón palpitando de curiosidad.
Había prometido ponerme al tanto de algunas de las cosas que hacía, lo cual era sorprendente ya que yo no tenía nada que ver con ello.
Siempre había sabido que su mundo era complicado, pero nunca esperé escucharlo todo expuesto ante mí.
Tomó una respiración lenta y profunda, sus ojos encontrándose con los míos con esa mirada firme e intensa que había llegado a adorar.
—Selena —comenzó suavemente—, hay cosas que necesito contarte sobre mi negocio, sobre cómo construí todo lo que tengo.
Me incliné hacia adelante, intentando captar cada palabra.