Capítulo 43: La Marca Crece

—¿Padre? —La voz de Elara se quebró mientras miraba al hombre parado en el pilar del templo. La luz plateada que emanaba de él coincidía perfectamente con la suya—. Hola, mi lobo plateado —dijo él, saltando con una facilidad inhumana—. Mi nombre es Aldric Moon, y sí, estoy muy vivo.

El rostro de Marcus palideció.

—Imposible. Yo mismo te maté hace dieciocho años.

Aldric sonrió fríamente.

—Mataste a un impostor. Uno bueno, debo admitir.

Mientras su padre se acercaba, algo extraño comenzó a suceder en la piel de Elara.

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Las marcas de pareja en sus muñecas —las que la vinculaban a los trillizos— comenzaron a brillar más intensamente que nunca.

—Ah —observó Aldric—. Los vínculos antiguos están despertando.