Capítulo 61: Despertando la Tormenta

El amanecer estaba despuntando cuando Dawn Rivers irrumpió en la cueva, su forma de lobo colapsando de cansancio.

—Manadas enemigas —jadeó mientras volvía a su forma humana—. Trece de ellas. Aliadas con los Seis.

Elara sintió que su sangre se helaba.

—¿Cuánto tiempo tenemos?

—Esta noche —susurró Dawn—. Atacan esta noche.

La cueva estalló en miedo, pero la voz de Kael cortó a través del caos.

—Todos cálmense. Sabíamos que esto vendría.

—No trece manadas —argumentó Derek—. Son trescientos lobos contra nuestros cincuenta.

—Entonces será mejor asegurarnos de que esté lista —dijo Elara en voz baja, sus ojos plateados ardiendo con determinación.

Tobias dio un paso adelante, viejos libros aferrados en sus manos desgastadas.

—El entrenamiento comienza ahora.

—¿Entrenamiento? —se burló Ronan—. Tenemos tal vez doce horas.

—Doce horas para desbloquear el poder que ha estado dormido durante dieciocho años —respondió Tobias con firmeza—. Es posible, pero no será agradable.