Capítulo 76: El Sacrificio de Elara

El Vacío los tragó enteros, pero en lugar de la nada, Elara se encontró de pie en una versión retorcida de la tierra de Blackwood. Todo parecía estar mal: los árboles crecían al revés, el cielo estaba bajo sus pies, y la Luna colgaba como un espejo roto en lo que debería haber sido el suelo.

—¿Dónde estamos? —susurró Celeste, su voz haciendo un eco extraño.

—Entre mundos —respondió Tobias con gravedad—. El espacio donde el Caminante del Vacío ha estado escondido.

La manada permaneció junta en un círculo cerrado, sus manos unidas aún brillando con luz plateada. Pero la luz se desvanecía rápidamente, y con ella, su fuerza.

—El vínculo de unidad no durará mucho aquí —advirtió Marcus—. Este lugar se alimenta de la división y la desconfianza.