La conciencia regresó lentamente, como nadar hacia arriba a través de agua turbia. Mi cabeza palpitaba, y mi boca se sentía seca como papel de lija. Parpadee, tratando de enfocar el rostro encima de mí.
—¿Liam? —Mi voz salió como un susurro áspero.
—Estoy aquí, cariño. Estás a salvo ahora. —Sus brazos se apretaron a mi alrededor, sólidos y cálidos.
El alivio me inundó mientras la niebla en mi mente se aclaraba. Estaba en los brazos de Liam, su pecho desnudo cálido contra mi mejilla. Mis ojos recorrieron rápidamente la escena. Lucas todavía estaba en forma de lobo, su cuerpo negro masivo posicionado protectoramente frente a nosotros, con el pelo erizado y los ojos dorados brillando en la oscuridad. Levi estaba a unos metros de distancia, completamente desnudo y sujetando a mi atacante con una mano alrededor de su garganta.
—¡¿Quién eres?! —exigió Levi, su voz un gruñido feroz.