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Capítulo 12 – 13 de febrero de 2006 Una cita diferente

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Capítulo 12 – 13 de febrero de 2006

Una cita diferente

El lunes por la mañana amaneció con un cielo parcialmente cubierto, pero sin amenaza de lluvia. Luego del partido del día anterior, el cuerpo técnico del equipo B de Cerro Porteño había otorgado el día libre a todos los jugadores. Para Matteo Domínguez Bianchi, era la oportunidad perfecta para acercarse un poco más a María Laura Olitte.

Despertó temprano, como de costumbre, con el cuerpo aún algo adolorido por el esfuerzo del partido. Envió un SMS corto pero directo:

> "Buenos días, María. Dormiste bien? Tengo libre hoy, ¿te gustaría vernos de nuevo esta tarde?"

No pasaron ni diez minutos antes de recibir la respuesta.

> "Hola Matteo! Sí, dormí bien. Y vos? Me encantaría. ¿A las 17:00 en el mismo lugar?"

Él sonrió. Aquella sonrisa que brotaba involuntariamente cada vez que hablaba con ella. La cita estaba pactada.

Durante la mañana aprovechó para ir al gimnasio del club, algo que no todos los juveniles hacían durante su tiempo libre. Ahí, en silencio, entrenó movilidad, coordinación y fuerza funcional con una determinación que parecía impropia de un chico de 14 años. Sabía que cada pequeño detalle podía marcar la diferencia.

A las 16:00, volvió al orfanato, se duchó y se puso una camisa celeste clara con cuello mao, pantalones de algodón beige, y zapatillas limpias. Se perfumó ligeramente, tomó su billetera y salió hacia el punto de encuentro.

María Laura ya lo esperaba, sentada en un banco de la plaza. Llevaba un vestido blanco sencillo, con detalles florales azules, y el cabello recogido en una coleta alta que dejaba al descubierto su cuello. Matteo la reconoció al instante, pero aún le resultaba surreal verla ahí, sabiendo que en su vida anterior la había visto solo a través de la televisión.

—Hola, preciosa —le dijo con seguridad—. Llegué antes de lo que pensaba.

—¡Mentiroso! Llegaste justo —rió ella mientras se levantaba. Se dieron un beso en la mejilla que duró un segundo más de lo habitual.

Caminaron sin rumbo definido, solo charlando sobre tonterías. Hablaron de películas, de programas de televisión, de música. Matteo fingió no conocer el futuro mediático de María, pero en su interior ya tenía claro que no era una chica cualquiera.

En una esquina, ella le señaló una heladería.

—¿Vamos por un helado? Mi antojo está insoportable.

—Solo si me dejas invitar —dijo él, ya sacando su billete de 10.000 guaraníes—. No quiero que después digas que soy un tacaño.

—Qué caballero... me vas a malacostumbrar —dijo con picardía.

Se sentaron en una mesa de metal, al aire libre. Mientras comían, sus miradas se cruzaban cada vez con menos vergüenza. María Laura jugueteaba con la cuchara entre los labios, y Matteo no sabía si estaba siendo inconsciente o simplemente muy provocativa.

Cuando terminaron el helado, caminaron nuevamente por la plaza, más lento esta vez. Al llegar a un punto más apartado, sin gente cerca, Matteo se detuvo.

—María... —dijo mirándola de frente—. Me gustás. No sé si está bien o mal decirlo, pero me gustás mucho.

Ella lo miró en silencio durante unos segundos, sorprendida pero sin mostrar rechazo.

—¿De verdad sabés lo que decís, Matteo?

—Sí. No sé qué pasará mañana, pero quiero que hoy seas mi novia.

—Vos sos un nene —dijo bajando la vista, sonriendo—. Pero uno muy distinto.

Silencio. Luego ella dio un paso hacia él.

—Acepto... pero con una condición.

—¿Cuál?

—Nada de besos delante de tus compañeros —rió—. Que no quiero líos con los entrenadores.

—Trato hecho —respondió él.

Entonces, con timidez y ternura, se besaron. Fue un beso suave, breve, pero eléctrico. Cuando se separaron, ambos sonrieron.

Al despedirse frente al mismo banco donde se habían encontrado, ella le acarició la mejilla.

—Nos hablamos mañana, ¿sí?

—Obvio —dijo Matteo, que ya sentía el corazón palpitando con fuerza.

Mientras regresaba al orfanato, el cielo comenzaba a oscurecer. Una tormenta parecía acercarse, pero Matteo no la temía. Al contrario, caminaba sintiendo que acababa de ganar un título.

Continuará...

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Estadísticas actuales de Matteo Domínguez Bianchi tras 5 partidos:

Goles: 7

Asistencias: 5