—Hijo, saca la tarjeta de membresía de Nivel Humano que tu padre dejó en tu casa y muéstrasela a estos pobres diablos, para que puedan darse cuenta de lo insignificantes e ignorantes que son.
El rostro de Cao Cuilin se iluminó con una sonrisa, descubrió que el momento más feliz de su vida era hoy, incluso más feliz que cuando normalmente buscaba diversión en los clubes.
Al escuchar esto, un joven metió la mano en su bolsillo y sacó una tarjeta blanca plateada, delicada en su fabricación, inscrita con un carácter negro "Humano".
—Vaya, esta es la legendaria tarjeta de membresía de Nivel Humano del Pabellón Yuxi, por fin tengo la fortuna de verla hoy.