Capítulo 338: Sin respeto por la virtud marcial

Lin Bei miró por la ventana del coche y vio que el local de apuestas clandestino seguía igual que antes, con varios hombres patrullando afuera.

Preguntó casualmente:

—¿Ya han llegado todos?

—Todos han sido notificados y deberían estar aquí en unos minutos.

—Bien, entonces entremos primero.

—Sí.

Los dos salieron del coche uno tras otro, con Lin Bei delante y Sha Yi detrás.

Apenas entraron al perímetro del edificio inacabado, los hombres que patrullaban los detuvieron con expresiones hostiles.

—¿Quiénes son ustedes?

—Estoy buscando a su jefe —dijo Lin Bei con indiferencia.

—¿Crees que puedes ver al jefe solo porque quieres? Lárguense rápido, o no nos culpen por ser rudos —dijo uno de los hombres enojado.

Lin Bei lo miró y, sin previo aviso, le dio una patada que lo mandó volando.

Al instante, el hombre corpulento salió disparado y se estrelló pesadamente contra el suelo.

Esta escena repentina dejó a todos atónitos; luego, los otros tres hombres reaccionaron.