Capítulo 74: El Maestro está Furioso

El rostro de Li Mingtong estaba pálido, sus cejas fuertemente fruncidas, y sus ojos, inyectados en sangre, estaban fijos sin parpadear en Bai Xiaosheng. Sus manos se cerraron en puños, tan apretados que sus nudillos se volvieron blancos.

Ansioso, inquieto.

¡La apuesta que Li Mingtong había hecho en este juego era simplemente demasiado alta, cortando incluso su retirada!

Era un caso de quemar sus naves—sin éxito, solo le quedaría la opción de aceptar su destino.

¡Si perdía, sería una pérdida total!

En este momento.

Cada elogio para Bai Xiaosheng era como una aguja de acero perforando el corazón de Li Mingtong.

Cada mirada de admiración hacia Bai Xiaosheng era como un cuchillo afilado cortando el corazón de Li Mingtong.

Li Mingtong se sentía como un jugador que se había puesto rojo por las pérdidas, pero que aún esperaba contra toda esperanza un giro final, lleno de anticipación y miedo.