Las palabras de Lin Weiwei casi ahogaron a Lin Beichen hasta la muerte.
¡A ella le gusta ser solo una asistente, por lo tanto, no aceptaría el puesto de subdirectora! ¡El puesto de asistente que Bai Xiaosheng te ofreció es oro puro!
Lin Beichen no pudo evitar querer hacer la pregunta.
¡Esta Lin Weiwei es simplemente demasiado ingrata!
Frente al rechazo de Lin Weiwei, Chen Changqing también quedó atónito, con un rastro de sorpresa destellando en sus ojos.
Sin embargo, rápidamente recuperó la compostura, su rostro aún luciendo una sonrisa amable.
—¡No te apresures a rechazar, mi invitación siempre está en pie! —dijo Chen Changqing a Lin Weiwei con sinceridad.
—¡Tú tienes tu persistencia, y yo tengo mis elecciones! —Lin Weiwei, siempre conocida por su etiqueta, rechazó la oferta por primera vez con un toque de firmeza.
Esta vez, no solo el rostro de Lin Beichen se veía algo feo, sino que la sonrisa de Chen Changqing también se hundió un poco.