¡Tú eres mi papá!

Emma fue repentinamente levantada del suelo. Miró directamente a la cara de Esteban, su expresión llena de sorpresa.

—¡Oye! Acabo de llegar.

Esteban frunció el ceño, a punto de regañarlo.

Ethan, que se había apresurado a acercarse, intervino rápidamente e intentó suavizar las cosas.

No quería un titular mañana en el periódico donde los herederos Lawrence causaran una escena aquí.

—Escucha a tu Papá, ¿de acuerdo? ¡Vamos a casa juntos!

Al escuchar esto, Emma, que estaba vestida como Alex, parpadeó confundida.

—¿Papá? ¡Tú eres mi papá!

Esteban parecía desconcertado. —¿Qué tonterías estás diciendo?

Emma hizo un puchero. —Quiero comer pastel con Papá. Nunca he comido pastel con Papá antes... —Sus lágrimas rodaron mientras lo abrazaba, con los suaves brazos rodeando su cuello.

Los ojos de Ethan se agrandaron. ¿Era realmente Alex?

El corazón de Esteban se ablandó al darse cuenta de que no había prestado suficiente atención a Alex, y un sentimiento de culpa se apoderó de él.