Tío Rick

Pero cuando salió del ascensor, se encontró con Cecilia.

Cecilia se sorprendió al verla allí, considerando que ella tenía la llave de la habitación.

Emma estaba a punto de decir que Esteban estaba en otra habitación y que un tío la había enviado arriba, pero al ver la expresión solemne de Cecilia, decidió investigar por su cuenta.

—Mamá, no te ves bien. ¿Qué pasó?

Cecilia abrazó a Emma para reponer energías.

Ya había contratado a algunos detectives, pero seguía sin tener pistas.

Si ni siquiera Sofía sabía algo sobre su hijo, solo Francisco sabría la verdad.

Sin embargo, obtener cualquier información de él sería difícil. Siempre había sido malvado y astuto.

«¿Qué debo hacer?»

Mientras pensaba, Emma extendió la mano, le acunó el rostro y le plantó un suave beso en la mejilla.

Dijo alegremente:

—¡Mamá, te quiero mucho!

Interrumpida de sus pensamientos, Cecilia le revolvió el pelo y le preguntó suavemente:

—Todavía no me has dicho cómo subiste.