Tío Bruce

La persona fuera de la puerta se sorprendió por su saludo, pero luego sonrió y le dio unas palmaditas en la cabeza a Alex.

—Pequeña Emma, ¿no me reconoces?

Alex miró al extraño fuera de la puerta, completamente confundido.

Cecilia acababa de terminar de secarse el pelo. Al escuchar el alboroto, se acercó y su expresión se suavizó bastante.

—Emma, este es el Tío Bruce.

«¿Bruce? ¿Quién es ese?»

Alex miró fijamente al hombre frente a él, con odio creciendo en su interior.

Era un hombre alto que llevaba un traje hecho a medida. Su cabello corto tenía un rizo natural claro, pulcramente recogido detrás de sus orejas.

Sus ojos marrones profundos parecían asemejarse a los de los occidentales, expresando una melancolía peculiar. Su piel era tan pálida que casi brillaba, y olía un poco a sándalo.

Lo más importante, parecía ser cercano a Cecilia.

Esto era principalmente porque estaban haciendo un saludo mejilla con mejilla, con Alex atrapado justo en el medio.