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Todos quedaron momentáneamente atónitos por esas palabras.
John resopló con desdén.
—¿A quién intentas impresionar? ¿Cómo puedes probar que tu hija tiene más talento que mi hijo?
—¡No olvides que tu hija fue derribada por mi hijo!
Cecilia se enfureció ante esto.
Emma podría haber lidiado fácilmente con ese pequeño niño regordete, pero insistió en fingir ser tonta para resolver el problema. ¿Quién sabe dónde aprendió eso?
La maestra también intervino con un consejo:
—El Sr. Brut es un campeón mundial retirado. Ahora, es el juez principal de todos los entrenadores de Taekwondo en la provincia, y ha entrenado a miles de niños. Puede detectar el talento de un vistazo, e incluso el alcalde le tiene respeto...
Cecilia arqueó una ceja. Con razón era tan arrogante. Ciertamente tenía algunas habilidades, pero Kenny no era rival para Emma. Esa era la verdad.
Le dijo a la maestra:
—No se preocupe, encontraré a un profesional para demostrar que mi hija tiene talento.