—Es hora de dirigirnos a la Secta Xuanyuan.
Después de resolver el asunto con Mo Lin, Luo Cheng decidió pasar dos días con su familia antes de partir hacia la Secta Xuanyuan.
Justo cuando Luo Cheng estaba soñando con la vida que le esperaba en la Secta Xuanyuan, dos visitantes llegaron a la Residencia Luo.
Era un anciano y una joven vestida de verde.
El anciano parecía tener unos sesenta años, con una expresión distante y vistiendo una túnica de oro púrpura.
La chica, de unos dieciséis años, llevaba una espada en la cintura. Era hermosa pero tenía un aire de arrogancia y presunción.
En los pechos de ambos visitantes, un deslumbrante emblema de anillo dorado era claramente visible.
—¿Y quiénes podrían ser ustedes?
Los guardias en la entrada de la Residencia Luo extendieron sus manos para detener a la pareja.
La joven dio un paso adelante, levantando ligeramente la barbilla, y dijo con un tono altivo: