Los pensamientos de Luo Cheng fueron interrumpidos, y un destello de ira surgió en su corazón.
¡Parecía que a menos que le diera una lección a este perro rabioso, la otra parte no retrocedería!
¡Clap!
Cerrando el manual secreto, Luo Cheng miró a Gao Ming con una expresión fría y dijo indiferentemente:
—En efecto, no puedo comprenderlo completamente. ¿Qué tal esto?: hagamos una apuesta. Dentro de tres días, competiremos en el Paso de Sombra de Nube aquí. Quien pierda se disculpará y admitirá sus errores. ¿Te atreves a aceptar?
Estas palabras provocaron un alboroto entre la multitud.
Todos miraron a Luo Cheng con incredulidad, como si fuera un lunático.
—¡Debe estar loco para desafiar a Gao Ming en el Paso de Sombra de Nube!