—¿Hmm?
Al escuchar las palabras de Luo Cheng, los ojos de Jiang Xinglie se estrecharon instantáneamente, y un aura intensa y afilada emanó de su cuerpo.
¡Incluso un tonto podría discernir el sarcasmo en su tono!
—¡Una mera cultivación en la Quinta Capa del Reino de la Trascendencia, y sin embargo tu arrogancia no conoce límites!
Jiang Xinglie se burló fríamente, mirando a Luo Cheng, sacudiendo la cabeza con desdén:
—Desafortunadamente, ni siquiera estás calificado para enfrentarme en igualdad de condiciones. Hermana Menor Xu, ve a entretenerlo.
—Jeje, ¡de acuerdo!
Una risa cristalina resonó.
Una de las cuatro personas, una encantadora joven, dio un paso adelante.
Aunque la figura de la joven era grácil y delicada, cada movimiento que hacía exudaba una presencia rápida y dominante. Mirando a Luo Cheng, sonrió y dijo: