"""
Al salir del salón del consejo, Luo Cheng regresó a su pequeño patio.
Todo en el patio estaba como siempre. La hierba estaba cuidadosamente recortada, limpia y ordenada, claramente signos de un mantenimiento frecuente.
En el Campo de Práctica, había filas de Cerraduras de Piedra de Entrenamiento pulidas hasta brillar.
Mirando todo, Luo Cheng se inundó de emoción.
Hace medio año, fue aquí donde trabajó día y noche, sudando en el cultivo, templando su cuerpo, todo con la esperanza de despertar un Alma Marcial de alto nivel y partir hacia la Familia Ji.
Pero desafortunadamente...
—¡Saludos, Joven Maestro!
Una voz nítida sacó a Luo Cheng de sus pensamientos.
Una criada vestida de verde estaba parada educadamente a un lado, diciendo respetuosamente:
—Joven Maestro, el agua del baño está lista.
—Está bien.
Después de tomar un baño caliente, Luo Cheng se cambió a ropa limpia y regresó a su habitación.
—¡Qué cómodo!