Después de una intensa sesión de besos, Zhang Yang no pudo evitar intentar quitarle el vestido a Xia Xue.
Pero Xia Xue lo detuvo.
—Zhang Yang, ahora no, Yueyue podría venir a buscarme en cualquier momento. ¿Podemos esperar un poco más? Ven a buscarme esta noche.
En los ojos de Xia Xue, también había un profundo sentimiento de reluctancia y apego.
Zhang Yang sabía que no podían precipitar las cosas; si causaban una escena, no sería bueno para nadie.
En ese momento, Xia Xue abrazó a Zhang Yang y le susurró al oído:
—Vuelve a tu habitación, ¿de acuerdo? La hermana te hará una videollamada.
—¿Videollamada? —Zhang Yang no entendió al principio.
Con la cara sonrojada, Xia Xue dijo tímidamente:
—¿Quieres tener un chat desnudo con la hermana?
Los ojos de Zhang Yang se iluminaron inmediatamente ante la idea; la imagen por sí sola era emocionante, y asintió con entusiasmo.