Zhang Yang lo encontró divertido, reconociendo que Pei Yuyan no era del tipo que apuñala a alguien por la espalda.
El pasatiempo de Pei Yuyan era el chismorreo, solo se emocionaba con la oportunidad de alimentar su curiosidad.
Ni siquiera miraba a Zhang Yang con segundas intenciones, en cambio esperaba conseguir más jugosas historias de él.
Dicho esto, él todavía necesitaba mantener la guardia alta.
Ya que Pei Yuyan lo había amenazado, Zhang Yang, por supuesto, tenía que contraatacar.
Así que, agitó su teléfono móvil frente a Pei Yuyan, la foto en la pantalla era de la mano de Zhang Yang agarrando el pecho de Pei Yuyan, bastante provocativa sin duda.
Solo en ese momento Pei Yuyan recordó la foto y que Zhang Yang realmente se había atrevido a manosearla descaradamente.
—Dame ese teléfono ahora mismo, voy a borrar esa foto, gran pervertido, bicho raro.
Pei Yuyan no quería convertirse en el tema de chismes de otros algún día.