—¿Eso es todo? —dijo Sun Bingrou, sintiendo que no era suficiente.
—¿Qué? Profesora, ¿quieres más? No es imposible, ¿sabes? Solo llámame "esposo" y habrá una recompensa —Zhang Yang se inclinó con un brillo travieso en sus ojos y la provocó.
Sun Bingrou aprovechó la oportunidad para rodear el cuello de Zhang Yang con sus brazos, luego lo miró a los ojos con una tierna sonrisa.
—Esposo, ¿qué recompensa me vas a dar?
Zhang Yang, lleno de alegría, respondió con una sonrisa irónica:
—Te recompensaré con el beso más apasionado.
Tan pronto como terminó de hablar, Zhang Yang besó esos delicados labios rosados, que eran suaves y húmedos, haciendo que el beso fuera maravillosamente cómodo.
Zhang Yang saboreó con avidez el dulce fluido dentro de esa pequeña boca, su rostro era una imagen de felicidad y disfrute.
Sun Bingrou también respondió fervientemente, su pequeña lengua alcanzando ansiosamente para entrelazarse con la de Zhang Yang.