Capítulo 295: Contándote un Secreto

Sun Bingrou lo deseaba tanto que cuanto más Zhang Yang la lamía abajo, más se intensificaba su anhelo.

Pero Zhang Yang, este estudiante travieso, seguía provocándola lamiendo sin descanso.

Sun Bingrou no podía entender, ¿realmente sabía tan deliciosa allí abajo?

Después de inmovilizar a Zhang Yang, Sun Bingrou rápidamente le bajó los pantalones.

Finalmente, al ver ese firme Gran Bebé, un destello de deleite cruzó los ojos de Sun Bingrou.

Luego extendió una hermosa pierna y se subió encima de Zhang Yang.

Su humedad estaba justo encima de ese Gran Bebé, y Sun Bingrou lo agarró, frotándolo contra sí misma.

Pero de repente encontró que esa pequeña perla que a Zhang Yang le gustaba era bastante molesta, así que Sun Bingrou la empujó a un lado.

Al ver a Sun Bingrou tan ansiosa, Zhang Yang no pudo evitar sonreír de oreja a oreja.

Era la primera vez que veía a una mujer tan lujuriosa, realmente una vista deliciosa—una escena verdaderamente rara.