En este momento, Zhang Yang podía sentir claramente que Li Lei comenzaba a ponerse nerviosa; su cuerpo incluso empezó a temblar involuntariamente.
Pero esto solo excitó aún más a Zhang Yang; su corazón estaba lleno de anhelo y anticipación.
La primera vez que conoció a esta mujer, Zhang Yang quedó aturdido por su belleza.
Pensó que al intencionalmente ponerle las cosas difíciles, esta mujer no volvería a aparecer ante él. Nunca imaginó que ella se comprometería hasta tal punto por su sobrino.
Zhang Yang incluso comenzó a sospechar que Li Lei y su sobrino tenían un romance.
Pero eso no era importante; lo que importaba era que esta mujer era la madre de Xu Yang.
Realmente quería que Xu Yang viera los pecados que había cometido, y ahora su propia madre tenía que pagar por ellos.
En ese momento, Li Lei habló de repente:
—Ve a ducharte primero, yo ya me he bañado.
Los ojos de Zhang Yang se iluminaron. Parecía que esta mujer realmente había hecho preparativos con anticipación.