PUNTO DE VISTA DE ARIA
El sonido de cristales rompiéndose me despertó de mi sueño. Salté de la cama, con el corazón acelerado. Mis manos volaron a mi estómago, protegiendo a mis bebés.
—¡Agáchate! —gritó Jaxon, saltando a través de la habitación para derribarme al suelo justo cuando algo atravesó la ventana.
Golpeamos el suelo con fuerza. Un bote metálico rebotó por el suelo de madera, siseando mientras exhalaba un espeso humo blanco.
—¡Cúbrete la boca! —Jaxon presionó un paño sobre mi rostro. Mis ojos ardían y lagrimeaban mientras me arrastraba hacia la puerta.
La casa de la manada estaba en caos. Los lobos corrían en todas direcciones, algunos en forma humana, otros ya transformados. Gritos de alarma llenaban el aire nocturno.
—¿Qué está pasando? —jadeé cuando llegamos al pasillo.
—Humanos —gruñó Jaxon—. Están atacando por todos lados.