POV DE ARIA
Salí a la superficie del furioso río, jadeando por aire. El agua helada me arañaba, intentando arrastrarme de nuevo hacia abajo. Luché contra la corriente, mis brazos ardiendo mientras me esforzaba por llegar a la orilla.
—¡Allí está! —gritó una voz desde el acantilado de arriba. Los lobos estaban mirando hacia abajo, señalándome en el agua.
Justo cuando mis fuerzas se agotaban, unas manos fuertes me agarraron, sacándome hacia la orilla rocosa. Parpadee para quitarme el agua de los ojos y vi a una mujer con cabello negro como la medianoche y penetrantes ojos azules.
—Estás a salvo ahora, hermana —dijo—. No cruzarán a nuestro territorio.
Los lobos de arriba aullaron con rabia pero no saltaron. Me desplomé sobre las piedras, temblando de frío y miedo.
—¿Quién eres? —logré preguntar.
La mujer se bajó el cuello, mostrando una marca de media luna en su cuello—idéntica a la que había aparecido en mi piel después del ritual.