—Esta montaña es sagrada para la Diosa de la Luna —grité hacia atrás—. ¡Tu poder artificial no puede funcionar aquí!
—Eso ya lo veremos —gruñó él.
La cámara comenzó a temblar. Rocas caían del techo mientras la montaña misma gemía bajo una terrible presión.
—Está intentando derrumbar toda la cámara de pruebas —se dio cuenta Kael—. ¡Tenemos que salir de aquí!
Pero la entrada por la que habíamos llegado estaba sellada con toneladas de piedra. Estábamos atrapados.
—Hay otra salida —dijo débilmente uno de los lobos liberados—. Soy Garrett. Me capturaron hace tres semanas, pero recuerdo estas montañas de antes. Hay un pasaje antiguo que conduce a la superficie.
—¿Dónde? —preguntó Raven mientras otro trozo de techo se estrellaba cerca de nosotros.
—Síganme —dijo Garrett, llevándonos hacia lo que parecía una pared sólida. Pero cuando presionó su mano contra ella, la piedra se deslizó a un lado mostrando un túnel estrecho.