Capítulo 54: Una Promesa Rota, Un Límite Trazado

El bastón de madera silbó en el aire mientras lo giraba en un patrón defensivo. El sudor perlaba mi frente, mis músculos ardían por la prolongada sesión de entrenamiento con Rhys. Pero el dolor físico era preferible al tormento emocional que oprimía mi pecho.

La risa de Ronan cortó el aire nuevamente, seguida por la risita aguda de Lilith. Me negué a mirar, manteniendo mis ojos fijos en mi compañero de combate.

—Estás distraída hoy, Luna —comentó Rhys, bloqueando fácilmente mi golpe desganado.

Ajusté mi postura, apretando el agarre.

—Solo estoy cansada. Otra vez.

Esta vez me moví más rápido, pero mi concentración se hizo añicos cuando la voz de Lilith llegó desde el otro lado del campo de entrenamiento.

—¡Oh Ronan, eres tan fuerte!

Mi bastón vaciló a mitad del movimiento. Rhys aprovechó la oportunidad, barriendo mis piernas por debajo de mí. Caí con fuerza sobre mi espalda, el aire escapando de mis pulmones.

Rhys extendió una mano.

—Lo siento, Luna.