Capítulo 84: Un Regalo Rechazado, El Colapso de una Rival

La sala de control zumbaba con tensión mientras nos agrupábamos alrededor del banco de monitores. Seis pantallas mostraban diferentes ángulos de la entrada de la casa de la manada, cada una con la misma marca de tiempo de esta mañana.

—Ahí —Kaelen señaló bruscamente una pantalla—. Rebobínalo.

El guardia de seguridad que manejaba los controles tecleó en su teclado. La grabación retrocedió, los fotogramas parpadeando hasta que una figura encapuchada apareció en el borde del encuadre.

Mi corazón martilleaba contra mis costillas mientras observaba al misterioso visitante acercarse a nuestra puerta. Se movía con determinación, cabeza agachada, rostro oculto por la capucha de una chaqueta oscura. La caja de joyas estaba aferrada en sus manos enguantadas.

—Amplía la imagen —ordenó Orion, inclinándose más cerca de la pantalla.