## El punto de vista de Ronan
El aire en la habitación de Kaelen se volvió pesado mientras mis hermanos me miraban fijamente, esperando. Mi corazón golpeaba contra mis costillas al darme cuenta de que ya no había vuelta atrás.
—¿Los regalos que ha estado recibiendo Seraphina? —Tomé un respiro profundo—. Las rosas, el oso de peluche, la lencería... todos son de mi parte.
—¿Qué? —La voz de Orion cortó el silencio como una navaja.
La expresión de Kaelen se oscureció, entrecerrando los ojos.
—¿Qué estás diciendo?
Me puse de pie, incapaz de quedarme quieto bajo su escrutinio.
—Estoy diciendo que yo soy su admirador secreto. He estado enviando todo.
—¿Por qué? —exigió Kaelen, con voz peligrosamente baja.
Pasé una mano por mi cabello, caminando por la habitación.
—Para poneros celosos. A ambos. Para hacernos ver lo que ha estado frente a nuestras caras todo este tiempo.
Orion se levantó de un salto.
—¿Has perdido la cabeza?