—No esperaba que tú, esta basura, fueras capaz de recibir un golpe mío, pero solo usé el treinta por ciento de mi fuerza. A continuación, te mostraré la verdadera brecha entre nosotros.
—Lin Chen, el que una vez fue el primer talento de la Ciudad Cielo Desolado, ahora no es más que una broma a mis ojos. He alcanzado el Noveno Nivel del Reino de Recolección de Espíritus, mientras que tú, Lin Chen, estás meramente en la Tercera Capa del Reino de Recolección de Espíritus. Hoy, me aseguraré de que mueras aquí.
Li Chu rió estrepitosamente, mirando a Lin Chen con ojos llenos de resentimiento. Parecía que la presión que Lin Chen le había impuesto en la Ciudad Cielo Desolado era algo de lo que aún no se había recuperado.
Apenas terminaron sus palabras, Li Chu comenzó a movilizar el poder espiritual dentro de su cuerpo una vez más, sus manos condensando una poderosa luz espiritual mientras lanzaba un ataque contra Lin Chen.