—A partir de ahora, ¡solo sígueme, hermana! ¡Yo te cuidaré bien!
El hombre con cicatrices en la cara y rostro regordete miró lascivamente a Fang Qingzhu, frotándose las manos una y otra vez, con aspecto sórdido.
El recién llegado ciertamente poseía una fuerza considerable.
Habiendo alcanzado la Sexta Capa del Reino de Paso Divino, emanaba un aura llena de qi maligno y era claramente de naturaleza malévola.
Fang Qingzhu frunció ligeramente el ceño.
—¡Apártate de mi camino!
—¿Oh? Temperamento ardiente, me gustan las pequeñas chiles como tú. Ven, deja que tu hermano te toque... —El hombre con cicatrices se lamió los labios con su lengua carmesí, extendiendo su gran palma hacia el cuerpo de Fang Qingzhu.
—¡Retrocede!
El Látigo de Nube Púrpura de Fang Qingzhu azotó ferozmente, haciendo que la mano del hombre con cicatrices se echara hacia atrás.
Una sorprendente mancha de sangre apareció en el dorso de su mano.