Capítulo 58: Una Espada que Estremece la Tierra

Zhou Xin llevaba una expresión arrogante en su rostro, mirando provocativamente a Gu Junhe.

Gu Junhe le lanzó una mirada.

No se pronunció ni una palabra.

Sin embargo, su palma volvió a caer sobre el rostro de Zhou Xin, presionándolo contra el suelo y frotándolo de un lado a otro.

La boca de Zhou Xin estaba llena de barro y arena, desesperándose en angustia.

—¡Gu Junhe, te estás pasando!

Gu Junhe dijo con indiferencia:

—¡Tus ojos están pidiendo una paliza!

Zhou Xin:

—Yo...

Mientras tanto...

Zhuge Shuangdao ya había lanzado una ofensiva atronadora, sus cuatro brazos girando simultáneamente, con sables negros cortando el aire—la deslumbrante luz negra del sable era cegadora e impresionante, llegando en un instante, apareciendo justo frente a Xiao Yi, lanzando ataques desde ambos lados. Las hojas del sable, fusionadas con los brazos, ofrecían aún más flexibilidad que usar armas solas.

El poder también había aumentado significativamente.