—Jefe, ¿de qué estás hablando?
Pequeño Lin miró a Xiao Yi, desconcertado, y trepó hasta su hombro a lo largo de su pierna.
¡Nunca había visto a Xiao Yi tan emocionado!
Xiao Yi dijo con voz profunda:
—Si realmente es el lugar de las leyendas, ¡podríamos hacer una fortuna!
Entonces, de un salto, Xiao Yi se zambulló en la caverna.
¡Whoosh!
La caverna era extremadamente profunda. Xiao Yi cayó cien metros antes de aterrizar en el suelo, rodeado de estalactitas color amarillo mijo. Estas estalactitas tenían formas muy extrañas, algunas creciendo desde el suelo como espinas, mientras que otras caían desde la cúpula de la caverna, conectando el cielo y la tierra de la caverna.
—¡Jefe, la energía elemental de los cielos y la tierra aquí es tan densa! —exclamó Pequeño Lin.
¡La energía elemental en esta caverna era diez veces mayor que la del exterior!
Xiao Yi asintió, sus ojos brillando más intensamente:
—Ocho o nueve de diez, ¡es ese lugar!
¡Drip, drop!