—Déjame intentarlo.
Xiao Yi suspiró y dio un paso adelante.
La actitud anterior de Chen Fu y los demás le había hecho no querer entrometerse.
Sin embargo...
Si la Legión de los Cuatro Símbolos iba a desarrollarse sin problemas, todavía necesitaban los enormes recursos del Pabellón del Tesoro, así que ayudar ahora facilitaría mucho las transacciones futuras.
Chen Yu se sorprendió, luego dijo enojado:
—Muchacho, ¿acaso entiendes algo de alquimia? La situación está completamente fuera de control, y ya no hay forma de salvarla. Si te entrometes y causa una gran explosión, la reacción del fuego terrestre podría convertir toda la capital en un mar de fuego. ¿Puedes asumir las consecuencias?
Xiao Yi frunció el ceño y le lanzó una mirada fría, haciendo que Chen Yu temblara por completo como si hubiera caído en una bodega de hielo, tragándose las palabras que estaba a punto de decir.
El rostro de Xiao Yi era indiferente:
—Sigue quejándote, y te desgarraré la boca!