—¡Tú, finalmente has llegado!
La voz baja transmitía una sensación de peso y antigüedad.
Viniendo desde la parte más profunda de la cámara secreta, la voz en realidad causó una sutil vibración en el aire, provocando que las llamas circundantes parpadearan continuamente.
Xiao Yi sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo, que le hizo estremecerse, «¿Cómo podría Dongfang estar viviendo en un lugar como este?»
¡Whoosh!
Una repentina fuerza de succión vino desde adelante.
Como si innumerables manos invisibles lo estuvieran jalando hacia las profundidades de la cámara secreta.
Un momento después.
De repente hubo una apertura frente a Xiao Yi, revelando un palacio subterráneo que deslumbraba con oro y brillaba con lujo. La cúpula del palacio de cien metros de altura estaba tachonada con Perlas Luminosas del tamaño de un puño, con más de tres mil perlas iluminando el lugar tan brillante como el día.