Chu Yuhuan quedó completamente impactada por este giro de los acontecimientos, dándose cuenta de que la situación se había vuelto peligrosa. Cualquier pequeño error podría poner en peligro a más personas inocentes.
—Retrocedan, o todos moriremos juntos —rugió Shi Ling con furia, su pulgar ya presionando el detonador. Una sola palabra de desafío de ellos, y lo activaría inmediatamente.
Con la espalda contra la pared, pensó que si iba a morir, bien podría llevarse a algunos con él; al menos su viaje no sería en vano.
Temiendo que realmente pudiera detonar la bomba, Chu Yuhuan instintivamente ordenó a todos retroceder, sin querer provocarlo.
Para evitar más acciones radicales.
—Retrocedan, todos retrocedan —Chu Yuhuan instruyó a todos, retrocediendo lentamente.
Al verlos a todos dar un paso atrás, la expresión de Shi Ling se volvió casi maníaca, su risa cada vez más fuerte.