El looter. Onion, el planeta inhóspito y fuera de contexto de la galaxia. El pueblo I. -

El looter. Onion, el planeta inhóspito y fuera de contexto de la galaxia. El pueblo I. -

 

 Ingresar es fácil, lo difícil es salir de aquí.

Un hombre debe mantener la calma, ante cualquier adversidad que se presente. Eso debe ser una virtud como bandera a izar a la victoria. -

 

 

La corriente de oxigeno vital para la vida en cada planeta, aquí es diferente. Solo un porcentaje es apreciable. El cielo, y la tierra se asemejan al planeta de los terrícolas, incluso por lo que puedo proyectar del cielo e informes de Pólux, su tecnología es escasa. No tienen naves, ni vehículos. No existe la comunicación sino por carretas con una ruta específica para determinar los viajes. Viven de la agricultura y ganadería. Orion tiene la particularidad como otro planeta que conozco que la mitad de su mundo se encuentra sumido en la oscuridad plena, sin que el día tenga presencia. Esa mitad, también expone una tierra totalmente muerta. Allí no existe vida de ningún tipo. La casas son de barro, ladrillo, adobe; precarias. El arcaico sistema que mantienen es el mismo de castas y a-vasallaje. Nobles, y plebeyos. Existen razas de humanos, semi humanos, demonios, elfos, enanos. Tal es así que estamos hablando de un mundo mágico y medieval.

¿Lo extraño es que dentro de la galaxia, nadie se interesa por éste lugar, ni tampoco por la leyenda de la ciudad perdida de MU, y el reloj de Leviatán?

A medida que descendemos, llegamos a un punto en que la nave no puede proseguir.

Aquí es donde deben descender. – Explica Alaisa – Estaré en la base de la plataforma central a las afueras del planeta. – Ustedes deberán continuar solos - Grita a medida que se iba abriendo una escotilla –

Nos colocamos mascaras para el oxi (oxigeno) y nuestro centro de aterrizaje como paracaidistas era una comarca desierta y sin habitantes. –

A la cuenta de cinco quiero que vayan saltando de a uno. – Explica con más alaridos Alaisa –

Danna estaba temerosa. Más de la cuenta.

Tranquila – Le dije con toda la seguridad – Sígueme a mí y tomé su mano – Parece que los plebeyos se llevan bien – Comenta Philip – ¡Traten de no matarse! ¡Je! ¡Je! ¡Je! Puede haber accidentes – Se ríe Aron. –

Resté importancia

¡¡Vamos!! - Dice Ernest a Beatriz, dejando atrás a Caciope que se quedó sorprendida. – ¡Uf! – Y luego respiró hondo – . – trate de dar un consuelo por el salto No tengo miedo – ¡Ja! – responde con altanería, parando su nariz narcisista. - ¡Voy! – Se lanzan todos gritando. –

La mujer de cabello oscuro, Annia, sigue y me mira firmemente. –

Alguien más se encontraba allí, escondido

Varios soldados rasos y de la familia prosiguieron

Éramos bastantes en el viaje. - ¿ese personaje escondido? Mmmm – Me intriga – Me dije y deje de cavilar en ello – Ahora Danna y nos lanzamos, luego el turno de Caciope ¡¡Ahhhhh!! - Gritaba ella, y la abracé M-maaanteeenteeee ----- ffffiiiiirrmmmeeee - ¡¡¡Aaaa---ddddaaa ----mmmmiieeddooooo!!!

Estábamos en la altura indicada y fue allí que abrí su paracaídas y luego el mío. El viento aquí sopla diferente. Es brusco, y las telas resisten hasta cierto punto, por lo que había que planear. Observaba como descendida ella. Desde el otro lado Caciope lo hacía bastante bien.

Llegamos al punto muerto de la comarca. Cada cual bajaba de golpe. Ernestcasí cae en un pozo, y patricia y Grous, otro de la familia terminaron en un árbol gigante. Annia fue la que tenía el mejor estilo y performance de descenso. –

Caciope fue directo a Ernest soltándose las cuerdas de la capa del globo. Beatriz ya había llegado a socorrerlo.

¿Te encuentras bien? Oh si querida, ya Beatriz se encarga de todo Eh…está bien -. Expresó sin decir nada. – ¿Ya se están poniendo románticos? – Preguntó Patricia No pierdan tiempo – Dijo con forma apurada, Cistema, recogiendo su móvil para comprobar el terreno en el cual estábamos. Cistema, es la de mayor edad en la familia, con casi cuarenta y nueve años. Rostro difícil, de piedra con cabello corto, y tatuajes en sus brazos con una camiseta. ¿Piel marrón? Debe ser adoptada, si todos son blancos.– A-auxi…lio – Expresa Danna Esa niña inútil que tenemos de soporte. Apenas puede sacarse el ropaje de las telas y cintas de los paracaídas. – Comenta Aron. Aron es el típico niño rico con Philip. Su cabello rubio, y ojos claros y buen porte de vestimenta a la moda como Philip. Diría que parecen gemelos. Hill y Hank, vinieron ayudarme entre las cargas pesadas. Son buenos, pero un tanto fastidiosos. Ellos junto a Alaisa y Santos, son los únicos que conocen mi identidad. -

Al escuchar ello por parte de Jazmín, fui directo a ella. Jazmín, cabello rosa, y largo, ojos rosas. Atuendo de bailarina. Coqueta en su estilo. -

¿Oye?..¿Soporte..? Mi nombre es Regulus. Regulus Noir. Para servirle. Soporte es solo mi trabajo – no me agradaba así que prefería contestar de esa forma. ¡No me importa! - Expresó con mala actitud Grous. Grous posee un rostro serio, cabello corto y fornido de cuerpo. Un hombre propio de gimnasio y anabólicos – Ve a calmar a esa niña antes que me ponga de mal humor, y junten leña. – Parece que es un idiota hecho y derecho – Cavilaba en cuanto lo miraba de reojo. -

No expresé, para no ponerme nervioso por su personalidad. -

Con nuestras bolsas computarizadas que es lo único que funciona aquí guardamos nuestros bolsos. Son bolsas en las cuales puede introducirse, incluso si uno quisiera, una casa.

Había diez soldados. Los tenientes Kevin Takaya, Filomena de origen oriental y negro ordenaban a ellos. Ernest, hablaba con Kevin para darle directivas. Teníamos también quinceaparatos de calibre de disparo manual de ataque y quince de defensa. Con tecnología para estudiar el lugar. ¿Un momento? Ahora mismo caigo en ello. ¿Acaso vamos a una guerra? Es demasiado equipo. Sabía que vendrían andromedanos (humanos de Andromeda) pero no sabía que eran soldados, ni tampoco de los droides- mitad humanos. ¿Incluso entre ellos, los soldados hay cybors? Cada cual con dispositivos que les permitían moverse automáticamente. Estando en la tierra, por lo que el ingreso a las capas no afectaría sus circuitos.

Y ese sentimiento de que alguien observa de lejos continua latente. Hay alguien más escondido entre las sombras. ¡¿Qué tramas Santos?!! ¿Tan peligroso es este mundo?¡¡Qué remedio!! Iré ayudar a Danna. –

¡Descenso fue excelente, señor Santos! Bien, Alaisa. Monitorea todo. –Si es necesario debemos llamar a los demás integrantes ¡Perfecto! ¿los demás clanes del Duque Mont y el conde Kobo? Ellos según mis informes están alejados en otras zonas. Eso es un alivio. Mis hijos no están preparados para una batalla. Sigue controlando desde la plataforma. Bien, señor Cambio y fuera – Se apaga el computador. Santos observa desde la ventana de su despacho, repleto de cuadros, al espacio exterior

 

Maldita sea este sitio asqueroso – Dijo un segundo de la comandante Vanish – Tener que compartir un acuerdo entre Kobo Y Mont – hace que todo sea - Apuren el paso, debemos acampar en algún oasis – Expresa

 

¡Cuidado con las órdenes! - Expresa otro que se encuentra a la par de él. –

 

Tenemos una tregua, luego de encargarnos de los Santos, se termina.

 

Eso ya lo sé –

 

Ambos clanes se encontraban en un desierto áspero y sin raciones de agua, a diferencia de nosotros que estábamos en medio de un bosque negro, con casas abandonadas y una neblina similar a las tierras altas de Escocia en el planeta tierra. Que bellos recuerdos de mi estadía en las montañas. De todas maneras. Era un lugar bastante hostil. Frio, con humedad, insectos de cierto tamaño que causan terror y aullidos de lobs (Lobos). La neblina apenas nos dejaba ver, pero se asimilaba a una película de terror de los años ochenta terrícolas. Asimilo todo con ello, pues es mi segundo hogar a la hora de escapar lejos del tedio y aborrecedor resultado de ser perseguido por maleantes y mercenarios pagos. –

Hagan unas tiendas de campaña – comenta Ernest ¿Oye..? ¡Iluso!¡¡Seré yo, quien de las órdenes!! – Aplica Cistema apuntándolo con su dedo índice. - Nada de eso – Expresa Ernest. Soy el hijo mayor Y yo la hija mayor. – Comentas Cistema Dejen de pelear – Díganle a los soportes que armen las tiendas. – Se hayan recogiendo leña, no llegaran a tiempo - Comenta CAciope Esos inútiles – Expresa Phillip Esos trabajos debemos hacerlos nosotros – Aclara Annia. – Los tenientes se encargaran del sistema de defensa. – Está llegando la oscuridad. Este maldito planeta apenas tiene buena luz de las estrellas. Es muy confuso. Incluso se puede captar un hedor que viene de algún sitio apartado. –

Regresaba con la leña, y Danna, venía detrás de mí como si fuera una hermanita. – Lo por que veía. El bosque no se parece a nada que haya visto. Es bastante tétrico.

Ahora hagan un fuego – Nos ordena Grous con su agresividad, mientras practica con un cuchillo en su mano, algunas técnicas de ataque, alardeando con Patricia. -

En cuanto se preparaba el acampamento. Algunos de los nobles practicaban sus artes de esgrima. Otros como Aron y Phillip junto a Ernest a disparar al blanco algún que otro ser vivo. En un instante, uno de ellos apuntó hacia Danna en su trasero.

¿Qué tal si le doy? – Apuesta Aron ¡No seas estúpido! Vas a llevar tú la carga – ¿Qué están haciendo? – Pregunta Caciope queriendo acercarse a Ernest, y abrazándolo por detrás Solo disparando. – Y apunta al suelo cerca de los zapatos de Danna –

¡¡Puuf!! La bala de metal titanio, clava justo en el sitio tocando una corteza de ramas. El teniendo Kevin ladeo la cabeza negativamente como diciendo que no tienen remedio.

¡¡Ahhucc! – Dijo Danna – Asustada cayendo al suelo. Fui por ella y la ayudé a levantarse ¿Estás bien? – Pregunté. - S-si-p..M-me di´po un poco de miedo. No les hagas caso. Son estúpidos. – Y miré hacia ellos con cierta repulsión. - Son idiotas – Expresa Filomena a Kevin que la observaban de lejos Nobles, y mimados. Ahora me doy cuenta por qué Santos nos envió. ¿Phillip, eres un tonto? – Se enfada Caciope – Podías haberla herido ¿Pero no la herí?, ¿O no? Amor, no seas tan brusca, solo nos divertíamos – Calma la situación Ernest - ¡¡Ja!! ¡¡Ja!! - ¿el rostro de susto? Eres muy impulsiva Caciope. No le paso nada a esa niña plebeya. Es asi de simple..Lo que mierda es mierda queda. – Comenta Jazmín que limpia su arco y flecha. – ¿Con ese vejestorio vas a salir en la búsqueda de la ciudad? – Pregunta Cistema. - ¿Podrías ser mi primera presa? ¡Je!– Y prepara el arco, apuntándola – No te atreverías, niñita coqueta. – ¡Gr! ¡Gr! - ¿A quién le dices eso? Ya dejen de pelear – Expresa Caciope – Estamos para trabajar en equipo – .”¡¡ Equipo!!” - ¡¡Ja!! ¡¡Ja!! – todos quieren ese pastel del reloj – Argumenta Grous que se encuentra sudado limpiándose con una toalla que arroja al suelo - ¡¡Hey!! ¡Criatura! Levántalo y lávalo – Me dijo ordenándome como siempre. -

Lo observé y continué con mis actividades

¿¿No escuchaste semi humano inútil?? - Phillip se me acerca – mirándome de frente Claro, que lo escuché, pero ahora estoy preparando el fuego, luego lo lavaré – ¡¿Qué?! ¿Cómo te atreves? ¡Parece que el soporte! Es muy maleducado. – Se acercó Grous. – ¡¡¿Qué tal si le disparamos?!! – Apuesta nuevamente Aron ¡Ya basta! Se está poniendo la noche – Comenta Caciope, hay que comer algo, e irnos a descansar para el otro día. – Y tú, Regulus, no seas insolente.

Giré los dedos asintiendo, y continué mis labores. – La realidad es que como se llevaban, y actuaban. No me daba la impresión de que fueren una familia. Aquí hay algún secreto que desconozco, como todo lo referente al armamento. –

Caciope se acercó para darme órdenes estrictas en un momento del día.

¡Hey! Cargador quiero que lleves todo el equipaje de mis armas - ¡Cuidado con extraviar siquiera una! ¿Entendiste? ¿Se volvió loca? ¡Es demasiado pesado! – Expresé con la incisiva frustración de ser el inútil de los mandados. ¿No me mires así? ¡Ja! – Se mofó de burlas Caciope – No parece nada en lo que respecta a su verdadera persona – Debe ser por esos nobles y querer agradarle a su prometido. ¡Es demasiado pesado! En definitiva es tu trabajo el hacerlo. – por algo te pagan. – Comentó despectivamente - ¿Acaso te vas a oponer? Para nada. Tampoco es que tenga ganas de discutir – ¿Sucede algo Caciope con el semi humano? – Se acercó Grous. - ¿Eh? Nada en absoluto. Puedo manejarlo. ¡Je! ¿Manejarlo? Es solo un muerto de hambre – Se acercó con altanería queriendo demostrar majestuosidad – e hizo un movimiento brusco que rosó mi cabello intentando demostrar su agresividad latente. ¡Ya basta! – A Caciope no le gustó aquello. ¡je! ¿Qué pasa si te lo hago a ti? ¡No molestes! – Reprime ella –

Grous, fue directo a su rostro y con su enorme mano tomó su mentón.

Me bastó segundos para estudiar su anatomía. Es solo una bola de músculos.

¿Sabes que tienes un rostro muy bello no? Y tu cuerpo – Intentó pasar su dedo por su camiseta, hasta llegar a su pecho – Su asquerosidad era tal que se lo veía con su lengua relamiéndose y deseando ese cuerpo. ¡¡Suéltame!! ¡No tienes que avergonzarte! Podemos ir aquí lejos. Ese cargador no dirá nada, y si no lo mataré - ¡Je! ¡Je! ¡¡No seas estúpido!! No haría nada contigo, ni aunque fueras el último ser del universo. – y toma su mano bruscamente, quitándola. - ¡Ya verás! ¡Nadie me rechaza! – Una conmoción se apodera de Grous. Caciope observa si aparte de nosotros hay alguien más para socorrerse.

Grous, apoyó su mano en la cintura de ella.

¡Ven conmigo! ¡Alto! – Caciope se resistió. ¡Auchhh! – Grous cayó al suelo tumbado – mi cuerpo. ¡Auch! No puedo moverme – Inmediatamente vomitó ¡iuff! - ¿Qué le sucedió? Llevaré las cargas señorita ¿Eh? Sip…cargador.

Caciope observó a Grous en el suelo. Y en el orificio de su fosa nasal tenía un dardo escapando. Una milimétrica pieza.

¡¿Dardo venenoso de Orión?! - Y se dio la vuelta – ¡Fue Noir! ¿Cómo y cuando lo hizo? Ni los mejores tiradores tienen una precisión tal. Se de fuentes que existen seres capaces de atacar sin moverse apenas, y producir daño. ¿Quién rayos eres cargador Noir? Ya lo demostró en la misión de los aliens. Debo vigilarlo.

EL dardo fue lanzado en curva a sus oídos y salió por las fosas nasales. Escupido con mi lengua. ¡No falla! – Y me fui tarareando una canción.

Ella no corría la vista de ese ser foráneo.

 

La noche estaba llegando. Como era una comarca las casas estaban en un terrible estado. Se colocaron los sistemas de seguridad respectiva. Y los soldados Cybors - robots humano de defensa hicieron la guardia bajo el monitoreo de un de los soldados. Hasta el momento todo estaba absolutamente tranquilo. Mañana cruzaríamos el bosque negro y nos dirigiríamos al poblado de Bettum. Por alguna razón en el cuaderno de Pólux, no estaba en su ruta, pero según el geo- radar se veía, aquél con personas comerciando.

La cena fue ligera, y cada cual fue a su lecho a descansar. Solamente salí unos momentos de la tienda que pertenecía a Danna, y a mí. Era mejor así. La familia Santos es un harto de beligerantes seres. Pude ver como Patricia, se iba con Grous, y como era de saber Beatriz con Ernest. Caminé unos metros, y se oían gemidos. ¿Acaso hay más? Jazmín también estaba en pleno acto con Cistema. Ambas disfrutaban de sus cuerpos como sedientas entre besos, abrazos. Miembros que no temen al incesto ¿Creí que se llevarían mal? No quise llamar la atención. Así que regresé a la carpa.

Regresé de entre los arbustos, luego de hacer mis necesidades.

¿Qué haces despierto cargador? – Preguntó Filomena Solo necesitaba un bañ (baño) ¡Je! ¡Je! – Lo siento – Solo ten cuidado, el área no está totalmente cubierta, pero hemos percibido que hay algunos animales salvajes Habría que avisarles Déjalos se están divirtiendo a su manera, y poco me importa lo que les suceda. Viene aquí buscando fama y gloria y tener el status de liderar a la familia Santos. – ¿No saben que esto no es un juego? – Expresó y tomó una cajetilla de cigarros de su bolsillo y encendió uno. Con la primera bocana de aire que expulsó, formó figuras. - Al fin alguien coherente – Me dije con relación a la misión –¿No te caen bien? No es necesario que te responda - ¿fumas? No gracias, el único vicio que mantengo es algún trago de vino seco y ron Eso es bueno. Te mantiene lejos de la realidad. Hay muchos soldados y equipo de armas Es una orden gubernamental. No te puedo comentar demasiado. Creí que íbamos a la guerra. No es tan así, pero lo que encontraremos, puede no ser muy atractivo que digamos. Lo único malo es que no podemos utilizar dispositivos electrónicos, por ello llevamos hombres con aleaciones metálicas, que puedan actuar sin necesidad de un procesador. Solo funciona el monitoreador gracias a la información telegráfica de sonidos que envían los cybors centinelas. - Por algo es un planeta que esta fuera de los mapas estelares ¿estuviste estudiando todo? Debo ser parte de la carga y guía. No parece que tengas madera de soporte. Mas bien.. Soy aprendiz de saqueador. ¿Ah sí? – Miró de reojo – Por lo menos tienes mejor actitud que esos inútiles nobles. – Sera una misión complicada – Y debemos mantenernos unidos. ¡¡Ahh!! – Un grito de mujer se oye desde lejos – ¿Te dije que habría problemas? ¡Fuuu! – Expira el humo y arroja el cigarro. Fuimos corriendo hasta el punto donde encontramos en pleno acto a Grous encima de Patricia, moviéndose inusitadamente sin parar, y ella que no podía ocultar su expresión de alaridos. ¡¡Ahh.--¡! ¡¡Rayos!! Esta mujer esta mujer va a despertar a todo el bosque – Me dije – estaban acurrucados entre arbustos y lodo. – la desesperación era tal que no les importaba lo que pudiera sucederles. El sexo es más importante que la muerte. - Falsa alarma muchacho – Expresó ella cuando nos acercamos al clímax de esos dos. – Vámonos de aquí – ¡¡Eso si es incesto puro!! ¿A qué te refieres? ¿No son primos y hermanos? Para nada – Negó – Son todos miembros de otras familias nobles de las cuales, Santos les compró a sus hijos cuando apenas eran bebes. ¿Vendieron a sus hijos? Claro, es para formar su propio grupo de poder. – Los amoldó a su estilo. Ellos lo saben, y por eso pelean por quien será la cabeza de la manada Santos. – Filomena, se encendió otro cigarro. - ¿Seguro que no fumas? ¡Ya te dije que no! –Expresé. Era difícil digerir cada secreto de los Santos y saqué una petaca de licor fuerte girando la perilla para darme un trago. – ¡Oye..oye! – Se enfada Filomena ¡Ah lo siento!. Está prohibido beber – Me dije No es eso. Está prohibido beber solo – Dame un trago cargador ¿Ah?. ¡Eso también lo había olvidado! -

Ella bebió un poco.

¡Agrr! El buen licor se siente. No sabe nada de licores – Me dije. Es el más barato que se puede vender. –Bien me iré a descansar. Toma, con un trago era suficiente – Y me arroja la petaca – ¡Buenas noches! Igual – la recojo, y saliendo colocando mis dedos en mi cien con un movimiento positivo. -

 

Los satélites alrededor del planeta Onion se movían iluminando como lo haría la luna en el planeta tierra. Su brillantez le daba una pisca de color y matiz a tanta oscuridad absorta en el ambiente.

La franja en la cual nos ubicamos estaba despoblada según los informes monitoreados. Los robots centinelas estaban vigilando cada sector. El amanecer aquí es muy drástico con un clima templado. Dos de los miembros de la patrulla arribaban. Como su capacidad de ser maquinas, no les producía cansancio, estaban listos para partir.

Con solo un desayuno ligero, guardamos todo el equipo, y comenzaron la salida para la caminata al bosque negro. Delante de ellos como guía luego de ver el mapa, estábamos Danna y yo, detrás nuestro y fumando Filomena, con Kevin. Los nobles vendrían detrás. La idea era llevar el transporte y los elementos. El primer pueblo al que podamos ingresar, comprar unos Cabs(caballos)y Crru (una carreta) cubierta por orden de Ernest que no se acostumbraba por su delicadeza a viajar de esta manera. Le era desaplacible. También sin mencionar que paso una noche ligera y de mal gusto con Beatriz que no tenía la mejor de las caras y miraba a un costado.

¿Te ocurre algo vida? – Pregunta Caciope preocupada por Ernest – No tienes buen rostro.

Por de ella pensé, aún no se ha dado cuenta de su prometido.

Siempre se encuentra cansado Podría tener fiebre. ¿Algún insecto que lo haya picado? . digas eso. No soy débil. – Se dijo – Solo estoy un poco fastidioso con todo este asunto de tener que caminar - ¡¡Hey!! ¡¡Soporte!! - ¿Cuándo llegaremos al pueblo. – Mis zapatos están húmedos como mi paciencia – Aún falta un tramo señor, señor Ernest. . es una molestia total. Bueno, pero ya llegaremos – Caciope lo toma del brazo, para ir juntos. ¡Chist! – dice con un gesto. -

Recorrimos por un sendero a pie hasta ubicar una llanura. Los soldados se iban encargando de cada especie dañina. Con Danna nos adelantamos. Ella estaba un tanto inquieta, así que resolví preguntar, ya que el silencio llamaba al incordio.

¿Danna?..¿Te sucede algo? ¡N-no..! ¡Te ocurre algo! – Confirmaba con simple observación. E-es qué..todas las plantas, árboles, rocas parecen observarnos. E-es c-como si vigilaran nuestros p-pasos. Posiblemente tengas razón. Recuerda que vinimos a un planeta cerrado al exterior del espacio. No conocemos nada de nada. ¡j-je! ¡j-je! T-tu si eres t-tranquilo. N-no pierdes la ubicación. ¡Je! Gracias. – Expresé modestamente. No es que no perdiera la ubicación. Incluso estaba muy nervioso y ansioso. No obstante no podía darme el lujo sano de presentar ante el público la debilidad que me acoge. Me limitaba como mero observador. Danna es igual.

Me comentó que venía de una familia simple de campesinos en un pueblo de la nación Nabu. Una tierra pequeña de Alfa Centaru II. Lugar repleto de campos. Su enfermedad relacionada a la pronunciación se debe a una tragedia de pequeña. Como toda tierra pacifica, es atacada por bestias y salvajes. Ella en medio de un ataque estaba acorralada contra una pared. Uno de los malechores se acercó a querer atacarla. Llevó su cuchillo a su rostro, mientras pedía ayuda desesperada.

¡¡Auxilio auxiloooo!! -A-auuxiii.. ssssh..shh – Su voz decaía. La daga se acercaba frente a ella. Por detrás un anciano clavó una estaca para salvarla. Era un antiguo saqueador retirado.

Ella le estuvo agradecida por ello. En adelante comenzó su carrera. Es cargadora. Pero se prometió ser saqueadora.

Se ríe con naturalidad. Parece una hermana menor, que nunca tuve.

En el tramo, estábamos llegando casi al primer pueblo. El campamento duró poco. Los nobles son demasiado engreídos. Caciope, creí que con el viaje contra los aliens mostraría ahora esa personalidad calmada, pero en presencia de los nobles recuperó su status de grandeza.

¡Oigan! Tanta práctica los distraerá Bien dicho – Jefa Cih – Responde el estúpido de Aron. Gracias – Es necesario colocar un poco de orden con los trabajadores – se jactó de su altanería social burguesa.

No le presté atención. Ni Danna.

MMMM!! ¿Por qué tan callado? Por nada. No es preciso hablar, sino se tiene nada que expresar. – Confesé. Acabas de decir algo – explicó. Solo remití a una respuesta. ¡Je! No te pases de listo – reprimió en ello. Reparé en su trivial amenaza.

Caciope se retiró a la carroza.

S-se e-enfada demasiado. En el fondo es buena persona, solo que no lo sabe aún. – ¡Je! -e- es verdad.. puedo sentir ello.

Proseguimos entonces.

 

El pueblo se encontraba en medio del bosque. Los pueblerinos al vernos estaban extrañados de semejante cantidad.

Vienen de afuera – Comentó murmurando uno de ellos a otro. ¿Pasaron por el bosque? Solo la zona frágil. No saben lo que les espera.

Un pequeño de orejas de conejo fue hacia Philip que estaba distraído.

Señor! Señor! – llama su atención ¡Largo de aquí criatura! Señor Philip, le pido tenga modales. Estamos en un pueblo desconocido – Expresa Kevin. Haz tu trabajo. Para eso te pagan. Soporte! Ve y consigue caballos y una carreta grande. Lo justo. –Ordena Ernest ¡De acuerdo! – Dije. I-iré contigo– Se aferró la señorita Danna.

El vil me había dado dinero suficiente solo para comprarles a ellos. Ellos se mantuvieron en la entrada del pueblo, hasta que decidieron ir almorzar en un amplio lugar en el cual parecía un sitio venido a menos y destruido. A decir verdad a medida que caminábamos, las casas estaban más deterioradas. Familias fuera mirando con miedo o desconfianza.

Por lo menos no hay ninguna amenaza - Me dije a mí mismo. Pienso que todo se encuentra demasiado calmo. ¿P-pasa a-algo? No, nada. Es solo todo es muy extraño –Me sentía un tanto molesto – me preocupaba esa loable forma del pueblo.

Adquirimos los caballos y la carreta a un precio justo. Estarían para recién después del mediodía. Entre el caminar y las figuras que nos cruzábamos, pudimos notar que todos mantenían la misma mirada. Me pare frente a un ser con forma humanoide que estaba en el suelo, sin moverse ni nada. Parecía casi sin vida. Recogí su mano y él me miró. Le extendí unas monedas. Y aquél las miró en la palma de su mano y me devolvió el gesto. Los aldeanos y aldeanas observaban y murmuraban entre ellos con cierta información que repartían.

T-Tienes buen c-corazón! -ji! Ji! – Expresó Danna que le dio un dulce a un niño. Agradecí el gesto ajeno. ¿Te has dado cuenta de algo? ¿MMmm? El pueblo parece observarnos. ¿Q-que? ¡No te asustes! Suelo ser bastante supersticioso cuando me lo propongo – Mientras le platicaba me colocaba las manos en los bolsillos. Y-yo, c-crecí, en un p-pueblo a-así –se encogió de hombros Danna – Ep.. – al mencionarlo, producía en sus latidos, una vergüenza generada por la estética de un paisaje repleto de pobreza, quizás fruto de una desigualdad notoria e injusta. No te sientas tímida de hablar de ellos. También soy de un pueblo en unas montañas. Las diferencias sociales son moneda corriente en lo que respecta a la discriminación de pobres a ricos. Eso, no nos hace menos. Cuando era pequeño existían pobres y ricos y todos compartíamos el bienestar de una amistad. Supongo que los tiempos han cambiado de tal manera que el status se perfuma por un lado con el sabor del dinero del rico, y la mierda del pobre. ¿L-lo pasaste m-mal? Digamos que tuve mis problemas – No quise recordar como mi aldea fue destruida. Traer algo así, era revivir cadáveres que debían respeto, y por misericordia descansar en paz.

 

El grupo de saqueadores fueron almorzar e ingresaron en una taberna, solicitando una mesa para determinada cantidad.

¿Cuándo vendrá con los caballos y el carro? Por lo menos espero que ese inútil de cargador logré un buen precio. – Comenta Ernest Ya deja de pensar en ello ¡Hey! ¿Es que aquí no atienden a nadie? – Se enfada Grous Disculpe es que no tenemos servicios para tantas personas – Explicó la moza. Una dama de unos treinta años. Entre los demás personajes que comían y bebían, los observaban, estudiando cada signo y/o diagrama del grupo. Al igual que nosotros la desconfianza era notoria. ¿Es una broma? – Se enfurece Cistema - ¿No tienen servicios? – y golpea con el puño la pena, produciendo un acto reflejo de temblor en la mujer.

Los pobladores del bar en su mayoría humanos comentaban con semblantes de animosidad 

¡Ya basta! – Expresa Caciope – Recuerda, la misión. Usa tus energías, para lo que pueda suceder saliendo de aquí. – Expresó Annia. ¡¡Grr!! – es una tontería.

Todos se largaron de allí. Annia observó detenidamente, a un poblador que labraba una pequeña parcela de tierra. Una sensación malsana le produjo una molestia en ello.

Es como si lo hubiera visto realizar los mismos movimientos, una y otra vez. Se detuvo a mirar por dentro del bar. Y los pobladores, estaban quietos, sin conversar, y con sus ojos abiertos mirándose entre sí ¿Qué ocurre? – Preguntó Caciope Hay algo que no está bien. ¡Coincido! ¡¡Es un sitio sombrío!!

Llegamos a tiempo, y los caballos ya estaban con la carreta.

Hicieron un buen trabajo – Explica Filomena. Y fue rápido – Agradeció Kevin.

Me voltee para verificar algo un tanto foráneo. Las mismas personas pasaban en un ir y venir.

¿Qué rayos ocurre? – Me pregunté.

-¿Ocurre algo? – Preguntó Filomena.

Negué.

¡Nada especial!

Del grupo Cistema se abrió de ellos distraída por la misma moza que le hizo un gesto atrevido.

¡¡Esa estúpida!! ¿Quién se cree que es? Y fue a confrontarla

Camino por un callejón cuya particularidad era un corredor y otro, hasta encontrarse en solitario allí con nada más que una pared.

Chiff! – ¡¡No hay nada!! ¡¡Esa cobarde!! – Sintió un ruido profundo detrás de ella, al voltearse la moza estaba allí. – Hey!! ¿Te crees graciosa? ¿EH? ¿Eh? – la empuja con su mano que traspasa el cuerpo de aquella como si fuera un holograma - ¿Qué? Y detrás de ella una forma desde el suelo absorbe cortando su cuerpo a la mitad – Ahhhh!! Ella cae ensangrentada y comienza a gatear desesperada sin poder hablar apenas hasta que la forma de una masa la devora crujiendo sus huesos y escupiendo restos. ¿Dónde está Cistema? – Pregunta Jazmín. - ¿No lo sé? – sin decir palabra e importancia Philip y Aron. ¡¡Yaestá el equipo preparado!! ¡¡Debemos avanzar!! Falta Cistema. - ¿Esa idiota? ¿Dónde se metió? Tenemos un camino recto para llegar al bosque y no quiero pasar más tiempo aquí – Se dijóErnest. Beatriz que estaba detrás se asusta ¿Q-qué? ¿Qué es eso?

La forma viscosa sin rostro se mueve hacia ellos y escupe de su boca oscura un objeto que rueda hasta nosotros

¿Qué es eso? – Me pregunté – y recordé que Pólux no mencionó el pueblo en su libro. ¿O sabiendo no vino aquí? ¡¡Ahhhh!! – Un gritó de terror de Patricia – ¡¡E-es..Cistema!!

Los ojos de Jasmin se retorcieron del pánico y todos sorprendidos. Los aldeanos se agruparon y nos observaban fijamente. Jazmín sacó su arco y preparó una fleja apuntando

¡¡GRRR!! Malditaabestiaa!! –disparó apretando los dientes, furiosa, a ella, quien se le hacía conocida, y luego a los aldeanos, pero no surtía efecto y traspasaban como si fueran hologramas. Disparen ahora. – Ordena Kevin a los cibors que se adelantan algunos, pero sin absorbidos por un agujero en el cual salen otras de esas formas. ¡¡Debemos irnos de aquí de inmediato!! – Expresé. No era nada difícil entender que el pueblo mismo era una trampa por una entidad que generó una escenografía. –

Los restos de varios cybors se esparcían en el suelo, entre carne y metales, y cada vez aparecían más aldeanos y formas gelatinosas.

¡¡Suban a los caballos!! ¡¡Es urgente!! – Grita ordenando Kevin, que dispara su arma de fuego de balas sin dar resultado. –

Se estaban acercando rápidamente y teníamos una manada de ellos. Los caballos y la carreta afortunadamente servían por milagro y no eran una mentira como los seres que habitan aquí.

Ernest, Aron, Caciope y Beatriz, fueron a la carrera. Caciope me hizo un gesto para darme prisa, y le devolví el mismo para que ingresaran allí.

No debes preocuparte por los soportes que vayan a delante – Expresa Grous que toma uno de los caballos, mientras Filomena sube a la parte superior de la carreta y toma las cuerdas para que los caballos avancen. – No podemos dejarlos – Expresa Filomena, al verme delante con los seres que se acercaban con Danna detrás de mi temerosa ¿¿V-vienen?? – Tranquil – Calmé la situación – Piensa looter – Si una de las bombas de gas – Danna.. abre tu bolso ¿E-eh? ¡¡Ábrelo!! – Grité –Teníamos que abrir camino para que avance la carreta. Los Cybors se agolpaban y solo quedaban ocho que ante un descalabro de circuitos apenas podían moverse con facilidad.

Al abrir el bolso, la masa gelatinosa se acercaba. Estaba cerca de mí. Afortunadamente Annia dispara contra aquella, haciéndola retroceder. –

¡Yo te cubriré! – Aclaró seriamente. -

Los saqueadores de la familia santos, ingresaron a la carroza. – Kevin había montado el caballo, y filomena estaba preparada.

Haz retroceder a los Cybors Aquí esta - Me dije – Corran todos detrás – Grité - Y lancé varios cartuchos cerca de ellos, mientras los arrojaba, Caciope se asomó disparando alarga distancia para cubrirnos. –

Sin mira telescópica, y de espaldas, saque mi arma de balas de titanio. Y disparé a cada lata haciéndolas estallar en una bomba fugaz que incendiaba todo, mientras los hologramas se iban esfumando y las masas gelatinosas se movían esparciéndose en pedazos. A medida que iba disparando. Annia y Caciope se sorprendían de ellos.

¿No puede ser?

Ernest, Grous, y Aron observaban atentamente

¿De verdad es un soporte? Nadie tiene esa visión tan clara con el arma para dar una puntería sin mirar siquiera.

Caciope estaba maravillada por lo que veía como Annia. –

¡¡No se distraigan!! - Y recogí a Danna entre brazos y la llevé a un caballo - ¡¡Lo siento!! ¡¡Q-que!! - Se sonroja ella –

Golpeé al animal equino con una palmada en el trasero y lo hice con otro solitario que tenía dos Cybors delante, y luego a otro y salieron disparando hacia la salida del otro lado del pueblo.

¡Ahora tú! – Le dije a Annia. - ¿Qué harás? Sube, y te ruego, no preguntes. - Pero… ¡¡Largo!! –

Ella encogió los hombros, se esfumó

Vamos Noir, debemos irnos. Vayan ustedes, cubriré el perímetro con otra bomba. No podemos dejarte aquí – Explicó Filomena Voy a salir no te preocupes. – guiñe un ojo de gato – ¡¡Avancemos ya por dios!! – Grita Philip ¡¡Aprisa!!

Todos se iban retirando. Quedaban dos Cybors y me coloqué del lado donde estaban ellos, corriendo.

¡Síganme! Cuál es el nombre de ustedes

Ambos se miraban

¡Xa! ¡Xb! Son como máquinas y humanos al mismo tiempo. – avancemos. –

Las formas se iban agolpando de tal manera que cortaban el paso de un sector y otro. A medida que disparaba aquellas caían y se levantaban.

Los demás saqueadores estaban anonadados intentando escapar.

Abrí un pasó llano por el cual moverse de inmediato, pero la incertidumbre no permitía tomar una decisión pura.

Despejaré la salida. Ustedes solo continúen, sin distraerse. ¿En serio es un cargador? – Parece un mercenario por la manera de actuar – se sorprende Aron. No sé, ni le interesa, mientras salgamos de aquí. – se proyectaban a toda prisa para escapar por una salida concreta.

 

El perímetro se estaba nuevamente tapando con las formas que se agolpaban. Corríamos desesperadamente para salir de allí. La carroza avanzaba con los caballos.

Debemos esperar al soporte – Expresa Caciope que se asoma por la ventana y no logra vernos - ¿Dónde se metió? ¡Déjalo amor! – debemos escapar con vida –Expresa Ernest. - Lo necesitaremos Tenemos a la otra cargadora. – Comenta Philip – Y ya perdimos equipo y subordinados Y sistema – Comenta Jazmín Es solo una perdida – manifiesta Aron Cierra la boca, ¡Gr! ¿si no quieres….? Allá está la salida – Expresa un cybors con señalando, y detrás Danna y Annia. –

Fuimos corriendo rápidamente.

¡Oh! ¡No! Vienen por aquí – Hay que dar la vuelta. ¡¡Señor..Déjenos aquí!! ¿Qué? Solo somos maquinas. Maquinas. - De ninguna manera – Les dije. – No voy abandonarlos – Les aclaré -

Ambos Cybors, no son máquinas por completo. Tienen un corazón y un cerebro, que si bien es artificial, no dejan de pensar y sentir.

Xa, es una mujer humana, rubia con ojos color crema. Y Xb es un hombre humano con ojos color café.

Por aquí – continuamos rumbo. A esta altura salían aldeanas y aldeanos de todos lados. – Giremos a la derecha y nos esperaban un grupo – Es mejor para el otro lado – dimos la vuelta con el caballo – hacia la plaza central - ¿Qué todos estos seres nos están persiguiendo? – Al voltearme para observar – nos rodearon en un círculo y las masas se acercaban, tomando terreno. Tenía preparada una sorpresa. No quería dejar a los Cybors, y por las dudas estaba dispuesto hacer estallar todo.

Pronto entre la masificación de seres humanos holográficos, apareció una figura que hacía que la formas se corrieran de lugar – un sujeto con una túnica a la cual reconocía. Al quitársela era el humanoide al que le di unas monedas.

Me señaló agradecido, y luego extendió la mano hacia el camino a las afueras. Y como acto final me mostró una de las monedas que le había dado. El tributo para salir con vida del pueblo era ese.

Solo unas vidas fueron tomadas por arrogancia. Asentí, y caminamos tranquilamente. Entre la muchedumbre estaba Cistema. Bueno, no era ella, sino una suerte de holografía. Como si su alma fuera parte ahora del pueblo, como muchos otros. Su vestimenta y semblante cambiaron totalmente. A lo mejor es así aquí. Entiendo que tal vez, Pólux, sabía de ello y por cierta razón no ingresó, sino que tomó otro camino.

 

Al salir del pueblo veía por el bosque las huellas de las herra (Herraduras) de los caballos. Ese también fue el pago como tributo. 

Debemos seguir las marcas ¡¿me comprenden?! Como usted ordene señor..Mikonos – Expresó Xa. - ¿eh? ¿Cómo saben mi identidad? Nuestros registros pueden leer ello. Por favor, no deben decirle a nadie sobre mi nombre y apellido verdaderos – Comenté en cuanto caminábamos por una salida que direccionaba a una jungla – Tampoco mi seudónimo. Enterado y procesado – Afirman y asienten Xa y Xb. -