Esta es la historia de mi abuela. Y de cómo la perdí sin poder abrazarla una última vez.
Tenía catorce años. Ella tenía un tumor. Lo sabíamos. Pero eso no hizo que doliera menos.
Esta historia no es inventada. Pasó de verdad. Pasó en octubre. Pasó en silencio.
Y aunque no pude despedirme de ella... nunca dejé de hablarle por dentro.