La Pesadilla de Teodoro

Rocky no evadió la furia de su madre.

Vino a verla, recordándole con calma:

—Deberíamos encontrar un lugar más tranquilo para hablar.

La Sra. Derek tuvo que controlar su propia compostura, respiró profundamente varias veces y levantó su falda para caminar hacia el castillo.

Rocky despidió a los sirvientes que los rodeaban, y al momento siguiente, una caja de rapé voladora golpeó su frente. La sangre fluyó hacia su ojo izquierdo y, con un parpadeo, se deslizó por su mejilla.

Al ver esto, la Sra. Derek mostró arrepentimiento, mordiéndose rápidamente el labio.

Rara vez se enfadaba con este hijo.

Rocky era la creación perfecta, casi impecable a sus ojos. Además, a diferencia de Roy, Rocky era el heredero de la familia Derek, más importante y más necesario para mantener la decencia.

Así que cuando habló de nuevo, su tono se había suavizado:

—Ese chico sucio de la familia de Hans sigue mezclándose con Roy. Deberías ocuparte seriamente de ello.