—Me mira, labios entreabiertos, ojos dilatados de deseo—. Entonces lávamelo tú.
La invitación queda suspendida entre nosotros, obscena y explícita. Sé exactamente lo que quiere de mí. Quiere mi verga en su garganta hasta hacerla sollozar. Quiere que le folle la boca hasta que no pueda saborear más a él, hasta que no quede nada de la magia de Thom ni de su presencia.
Y que la Diosa me ayude, yo también lo quiero. He estado soñando con ello desde que percibí su aroma por primera vez. La idea de deslizarme entre esos afilados dientecitos, ver cómo se le humedecen esos ojos felinos mientras me toma profundamente... me ha estado torturando desde que la vi. Odié verla hacérselo a otro hombre. Odié todo al respecto.
Pero darle a Lira exactamente lo que quiere? Demasiado fácil. Me está poniendo a prueba. Todo con ella es un juego, un desafío, una forma de ver si me quebraré. Y me niego a fallar.